Unión Bíblica Honduras

Acompaña a niños y familias en zonas vulnerables, brindando atención integral basada en valores cristianos y acción social transformadora

En síntesis

En Unión Bíblica de Honduras acompañamos a niños, jóvenes y familias en su crecimiento espiritual, emocional y social, compartiendo el mensaje de Jesús con amor y esperanza.

Somos una organización cristiana sin fines de lucro, parte de la red internacional de Scripture Union. Nuestro propósito es ayudar a las personas a tener un encuentro diario con Dios por medio de la Biblia y la oración, desarrollando así una fe viva que transforme sus vidas y su entorno.

Trabajamos junto a iglesias, escuelas y comunidades a través de programas creativos: clases, talleres, campamentos, actividades artísticas, apoyo familiar y formación para líderes.

Creemos en una fe que se vive en acción, justicia y servicio, enfocándonos especialmente en quienes enfrentan pobreza, marginación y necesidad.

Formamos discípulos con propósito, para un mundo que necesita esperanza.

Visión

La Unión Bíblica de Honduras ve niños, jóvenes y familias llegando a una fe personal en nuestro Señor Jesucristo, creciendo en madurez cristiana y convirtiéndose en fieles miembros de la iglesia y en siervos de un mundo en necesidad.

I. Nuestra Historia

En 1867, el joven Josiah Spiers llevó a unos niños de su escuela dominical a una reunión especial y vio cómo el evangelista norteamericano Payson Hammond la dirigía. En la Inglaterra victoriana, los niños eran espectadores inactivos en las ceremonias de la iglesia, pero Hammond los hacía participar. Aquella chispa iluminó la visión de Josiah sobre el trabajo con niños y marcó el inicio del movimiento. Poco tiempo después se creó un plan de lecturas para ayudarlos a que leyesen la Biblia, y aprendiesen de ella.

II. Lo que Creemos

Dios y la Raza Humana

Sostenemos que el Señor nuestro Dios es uno: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y que él cumple sus propósitos soberanos –en la creación, revelación, redención, el juicio y la venida de su Reino– convocando a un pueblo para que salga del mundo y se una a él mismo, y entre sí, en amor.

Reconocemos que, aunque Dios nos hizo a su propia imagen y semejanza, otorgándonos dignidad y valor, y capacitándonos para responder a él, somos ahora miembros de una raza caída, hemos pecado y estamos fuera de su gloria. 

Creemos que el Padre nos ha mostrado su santo amor al dar a Jesucristo, su propio Hijo, por nosotros, cuando por causa de nuestra pecaminosidad y culpa, estábamos sujetos a su ira y condenación, y nos ha mostrado su gracia al reconciliar a los pecadores consigo mismo, cuando ellos ponen su confianza en el Hijo de Dios. 

Confesamos a Jesucristo como Señor y Dios, como verdaderamente humano, nacido de la virgen María, como Siervo, sin pecado, lleno de gracia y verdad; como único Mediador y Salvador, que murió en la cruz en lugar de nosotros, representándonos ante Dios, redimiéndonos del dominio, la culpa y el castigo por el pecado; como victorioso sobre Satanás y sus fuerzas, que se levantó de los muertos con un cuerpo glorioso, fue llevado a lo alto a estar con su Padre, y volverá un día personalmente, en gloria y juicio, para establecer su Reino. 

Creemos en el Espíritu Santo: quien convence al mundo de culpa respecto al pecado, la justicia y el juicio; quien hace que la muerte de Cristo sea efectiva para los pecadores, declarando que estos deben volverse a Cristo en arrepentimiento, y dirigiendo su confianza hacia el Señor Jesucristo; quien por medio del nuevo nacimiento nos hace participar en la vida del Cristo resucitado; y quien está presente en todos los creyentes, iluminando sus mentes para que comprendan la verdad de la Escritura, produciendo su fruto en ellos, otorgándoles sus dones, e invistiéndolos de poder para testificar en el mundo.

Las Escrituras

Creemos que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son inspiradas por Dios, ya que sus autores hablaron de parte de Dios al ser impulsados por el Espíritu Santo, de allí que sean completamente dignas de confianza en todo lo que afirman; y así son nuestra autoridad suprema en asuntos de fe y vida.

La Iglesia y su Misión

Reconocemos a la Iglesia como el cuerpo de Cristo, que se mantiene unido y crece en él; al mismo tiempo como una comunidad total esparcida por todo el mundo, y como la congregación local en la cual los creyentes se reúnen. Reconocemos la comisión de Cristo de proclamar las buenas nuevas a todos los pueblos haciendo discípulos y enseñándoles a obedecerle, y reconocemos el mandato de Cristo de amar a nuestros prójimos, lo cual da como resultado el servicio a la Iglesia y la sociedad, la búsqueda de reconciliación para todos, con Dios y con sus prójimos; la proclamación de libertad frente a todo tipo de opresión; la extensión de la justicia de Cristo en un mundo injusto… hasta que él vuelva otra vez.

Esta declaración fue aprobada por el Consejo Internacional de la Unión Bíblica en Harare, Zimbabue, en mayo de 1985.

III. Equipo

Somos un equipo apasionado, de distintas edades y experiencias, unidos por nuestra fe en Jesús y nuestro compromiso de servir a niños, jóvenes y familias con esperanza y amor.
¿Te animas a ser parte de nuestro equipo? ¡Nos encantaría conocerte!

Haz la diferencia en la vida de un niño.

Ser parte del cambio

Voluntario

Ser voluntario es lo máximo. En la Unión Bíblica de Honduras somos gente común haciendo cosas increíbles. Damos ese ‘extra’ para marcar la diferencia y ver cómo las vidas cambian. ¡Aquí no hay nada más épico que ser parte de milagros reales!

Donación

Dona y forma parte de lo que Dios está haciendo en Honduras.
Juntos, alcanzamos a más personas con el mensaje de Jesús y programas que transforman comunidades.

Unión Bíblica Honduras

Acompaña a niños y familias en zonas vulnerables, brindando atención integral basada en valores cristianos y acción social transformadora

En síntesis

En Unión Bíblica de Honduras acompañamos a niños, jóvenes y familias en su crecimiento espiritual, emocional y social, compartiendo el mensaje de Jesús con amor y esperanza. Somos una organización cristiana sin fines de lucro, parte de la red internacional de Scripture Union. Nuestro propósito es ayudar a las personas a tener un encuentro diario con Dios por medio de la Biblia y la oración, desarrollando así una fe viva que transforme sus vidas y su entorno. Trabajamos junto a iglesias, escuelas y comunidades a través de programas creativos: clases, talleres, campamentos, actividades artísticas, apoyo familiar y formación para líderes. Creemos en una fe que se vive en acción, justicia y servicio, enfocándonos especialmente en quienes enfrentan pobreza, marginación y necesidad. Formamos discípulos con propósito, para un mundo que necesita esperanza.

Visión

La Unión Bíblica de Honduras ve niños, jóvenes y familias llegando a una fe personal en nuestro Señor Jesucristo, creciendo en madurez cristiana y convirtiéndose en fieles miembros de la iglesia y en siervos de un mundo en necesidad.

I. Nuestra Historia

En 1867, el joven Josiah Spiers llevó a unos niños de su escuela dominical a una reunión especial y vio cómo el evangelista norteamericano Payson Hammond la dirigía. En la Inglaterra victoriana, los niños eran espectadores inactivos en las ceremonias de la iglesia, pero Hammond los hacía participar. Aquella chispa iluminó la visión de Josiah sobre el trabajo con niños y marcó el inicio del movimiento. Poco tiempo después se creó un plan de lecturas para ayudarlos a que leyesen la Biblia, y aprendiesen de ella.

II. Lo que Creemos

Dios y la raza humana

Sostenemos que el Señor nuestro Dios es uno: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y que él cumple sus propósitos soberanos –en la creación, revelación, redención, el juicio y la venida de su Reino– convocando a un pueblo para que salga del mundo y se una a él mismo, y entre sí, en amor.

Reconocemos que, aunque Dios nos hizo a su propia imagen y semejanza, otorgándonos dignidad y valor, y capacitándonos para responder a él, somos ahora miembros de una raza caída, hemos pecado y estamos fuera de su gloria. 

Creemos que el Padre nos ha mostrado su santo amor al dar a Jesucristo, su propio Hijo, por nosotros, cuando por causa de nuestra pecaminosidad y culpa, estábamos sujetos a su ira y condenación, y nos ha mostrado su gracia al reconciliar a los pecadores consigo mismo, cuando ellos ponen su confianza en el Hijo de Dios. 

Confesamos a Jesucristo como Señor y Dios, como verdaderamente humano, nacido de la virgen María, como Siervo, sin pecado, lleno de gracia y verdad; como único Mediador y Salvador, que murió en la cruz en lugar de nosotros, representándonos ante Dios, redimiéndonos del dominio, la culpa y el castigo por el pecado; como victorioso sobre Satanás y sus fuerzas, que se levantó de los muertos con un cuerpo glorioso, fue llevado a lo alto a estar con su Padre, y volverá un día personalmente, en gloria y juicio, para establecer su Reino.  

Creemos en el Espíritu Santo: quien convence al mundo de culpa respecto al pecado, la justicia y el juicio; quien hace que la muerte de Cristo sea efectiva para los pecadores, declarando que estos deben volverse a Cristo en arrepentimiento, y dirigiendo su confianza hacia el Señor Jesucristo; quien por medio del nuevo nacimiento nos hace participar en la vida del Cristo resucitado; y quien está presente en todos los creyentes, iluminando sus mentes para que comprendan la verdad de la Escritura, produciendo su fruto en ellos, otorgándoles sus dones, e invistiéndolos de poder para testificar en el mundo.

Las Escrituras

Creemos que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son inspiradas por Dios, ya que sus autores hablaron de parte de Dios al ser impulsados por el Espíritu Santo, de allí que sean completamente dignas de confianza en todo lo que afirman; y así son nuestra autoridad suprema en asuntos de fe y vida.

La Iglesia y su Misión

Reconocemos a la Iglesia como el cuerpo de Cristo, que se mantiene unido y crece en él; al mismo tiempo como una comunidad total esparcida por todo el mundo, y como la congregación local en la cual los creyentes se reúnen. Reconocemos la comisión de Cristo de proclamar las buenas nuevas a todos los pueblos haciendo discípulos y enseñándoles a obedecerle, y reconocemos el mandato de Cristo de amar a nuestros prójimos, lo cual da como resultado el servicio a la Iglesia y la sociedad, la búsqueda de reconciliación para todos, con Dios y con sus prójimos; la proclamación de libertad frente a todo tipo de opresión; la extensión de la justicia de Cristo en un mundo injusto… hasta que él vuelva otra vez.

Esta declaración fue aprobada por el Consejo Internacional de la Unión Bíblica en Harare, Zimbabue, en mayo de 1985.

III. Equipo

Somos un equipo apasionado, de distintas edades y experiencias, unidos por nuestra fe en Jesús y nuestro compromiso de servir a niños, jóvenes y familias con esperanza y amor.
¿Te animas a ser parte de nuestro equipo? ¡Nos encantaría conocerte!

Haz la diferencia en la vida de un niño.

Ser parte del cambio

Voluntario

Ser voluntario es lo máximo. En la Unión Bíblica de Honduras somos gente común haciendo cosas increíbles. Damos ese ‘extra’ para marcar la diferencia y ver cómo las vidas cambian. ¡Aquí no hay nada más épico que ser parte de milagros reales!

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Juntos, alcanzamos a más personas con el mensaje de Jesús y programas que transforman comunidades.

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